sábado, 4 de octubre de 2008

Geoarcheology in Argentina

CULTURAL AND ENVIRONMENTAL EVOLUTION IN THE MERIDIONAL

SECTOR OF THE PUNA OF ARGENTINA DURING THE HOLOCENE .

Simposium I. Late Quaternary Palaeoenvironments, Climate and Culture.

Daniel E. Olivera1 y Pablo Tchilinguirian2

1. UBA, CONICET, INAPL, e-mail: deolivera@movi.com

2. UBA, SEGEMAR, e-mail: sipol@sion.net

The research area involve sectors of the Antofagasta de la Sierra (Catamarca Province, Argentine, 26ºS, 67.5ºW) with a very bad previous knowledge in a archaeological and paleo environmental point of view. The main objective of this research is analyze the evolution of the paleo environment and its relationship with the resources availability for the archaeological human groups. The interest is focalized in new and important paleo ecological and archaeological record in the direction of produce models to understand the relationships between both climatic and cultural changes at a micro and macro regional levels. In direction to obtain the record and testing the hypothesis we proposed a cross-disciplinary study with methods and techniques from archaeological, geological and biological sciences, but in an adequate and integrated approach.

A Holocene sediments sequence from ancient lake and peat alluvial terraces, were studied by sedimentary paleoenviromental facies, diatoms and stable oxygen and carbon isotope analyses of charcoal and organic aquatic plants. Assumed periods of decreased lake volume in a relatively dry climate are characterized by enrichment in 18O and 13C and a higher concentration of clastic component, coarser grain size and decreased organic matter. In contrast to this situation, intervals of more humid climatic conditions give rise to increased lake volume with relatively depleted isotopic ratios and peat forming facies.

More humid conditions develops 9.900-8.700 yr B.P., maximum dry events between 6.300 to 3.900 yr B.P. Evidence of other significant wet phases occurs 2800-1600 yr B.P.

In general terms we can argue that in the Early Holocene human populations had to face a colder and more humid climate than today, but these conditions changed radically in the Middle Holocene. This change, however, does not seem to be really abrupt; it may have started in ca. 8.700 yr B.P., to be generalized about 6.000 yr B.P. During that time, human populations seem to modify their mobility conditions and subsistence strategies, including perhaps some initial intents of domestication. Before this phase, the natural environments of the peats in thin and deep gorges expressed less environmental variability, whereas the large valleys, such as the alluvial fan of the lower basin of the stream and lakes expressed the strongest variations in the sense of water availability and grass areas. In this way, the hypothesis about the existence of ecorefuges (Nuñez et al. 1999) was more probable for the environments that have now peats, mainly between 6.000 and 5.000/4.500 yr B.P.

Later there was a better climate with a wetter environment where the domestication of camelids had a new and strong impulse. About 2.800 yr B.P. a new cycle of high humidity started, that would help the adaptations of pastorals societies with the incorporation of agriculture and a logistics based on the use of environmental patches from highly sedentary Residential Bases.

When in 1.650-1.700 yr B.P. the conditions were less humid, there seems to be a new and radical change in settlement patterns. The driest point in 1.000 yr B.P. seems to coincide with the incorporation of new technological criteria for agriculture by the use of artificial watering in lands with more slope. It seems that, before moving to more apt environments or diminishing their number, the populations choose to incorporate better yieldings thanks to new technology.


References

2005 Olivera D. y Tchilinguirian P. Human Enviroment Interactions in Hemisphere Actions. Past, Present and Future. 2 nd. Southern Deserts Conference. Arica. Chile.


Cuaternario de Puna Austral

EXPANSIONES Y RETROCESOS DE HUMEDALES DE ALTURA DURANTE EL HOLOCENO, PUNA AUSTRAL ARGENTINA

IMPLICANCIAS AMBIENTALES

Paul Tchilinguirian1, Daniel Olivera 2 y Lorena Grana 3

1: UBA-SEGEMAR, pabloguirian@gmail.com; 2: CONICET-UBA, deolivera@gmail.com 3: INAPL

Los humedales de altura de la Puna Austral Argentina son ecosistemas que albergan casi la totalidad de la productividad primaria, biomasa y agua del sistema desértico y cumplen un rol fundamental en el comportamiento de la fauna (Caziani y Derlindati 1999). Los humedales están formados por lagunas y turbales que se desarrollan en planicies aluviales de régimen permanente o en las riberas de los cuerpos de agua. El 99% del agua de los humedales está alimentado por manantiales de régimen permanente que tienen escasa variación estacional (10%) y anual (15%) del caudal. Los manantiales se relacionan con acuíferos que están en medios fisurados con cuencas hidrogeológicas que se extienden a cotas mayores a 4500 m de altura. Los humedales son ambientes donde se centra casi la totalidad de la actividad económica de subsistencia Puneña. Por esto constituye un importante recurso en tiempos actuales y durante la ocupación cultural que tuvo la zona desde los 10000 años A.P. (Martínez et al. 2004, Olivera y Tchilinguirian 2006).

En el departamento de Antofagasta de la Sierra (26ºS-27ºS, 67º-68ºO), ubicado en el noroeste de la Provincia de Catamarca, Argentina, se vienen desarrollando estudios que plantearon dos aspectos: a) la evolución paleoambiental a escala macro/meso para el Holoceno y b) un modelo de interacción ambiente-ocupación cultural (Tchilinguirian y Olivera 2005 y Olivera et al. 2004, 2006). La evolución paleoambiental fue realizada a partir del análisis estratigráfico de rellenos sedimentarios de edad Holocena en 8 cuencas fluviales (Las Pitas, Mirihuaca, Aguada Cortaderas, Mojones, Ilanco, Vertiente de Bajo del Coypar, Curuto, Punilla) y 4 cuencas lacustres (laguna Antofagasta, Carahipampa, Cavi y Colorada). La asignación cronológica se realizó con estudios geomorfológicos, geoarqueológicos y con 24 dataciones radiocarbónicas efectuadas en material orgánico. Las edades radiocarbónicas fueron efectuados en el Center for Applied Isotope Studies of the University of Georgia (10 muestras), en The National Science Foundation - University of Arizona (10 muestras) y en el Laboratorio de Radiocarbono y Tritio de la Universidad de La Plata, Argentina (4 muestras).

Los estudios indican la existencia de tres ciclos de trasgresiones-regresiones lacustres y/o expansiones-retracciones de los humedales fluviales en el Holoceno. Hay una diacronía en el inicio, duración de las expansiones-regresiones de los humedales según la cuenca estudiada. Integrando los datos de las 12 cuencas se obtiene que las fases regresivas se desarrollan entre 7900 a 6300 años 14C A.P. y 5800 a 4500 14C A.P, 1500- 300 años 14C A.P y las fases transgresivas entre >7900 años 14C A.P., 6300-5800 años 14C A.P y 4500 a 1500 años 14C y entre los 300 a 100 años 14C A.P.

Durante las fases transgresivas los niveles de las aguas de los cuerpos lacustres aumentaron y formaron bermas y escarpas de erosión litoral. Los salares se cubrieron parcialmente de agua y los humedales perilacustres aumentaron de superficie. Los turbales fluviales se extendieron cuenca abajo (3300 m aprox) y los cursos de régimen permanente fueron más largos. Las expansiones presentaron mayor magnitud y extensión durante el Holoceno temprano (>7900 años 14C); fueron de moderada importancia entre 4500-3900 y 3430 a 1500 años 14C A.P. y tuvieron menor extensión geográfica entre los 6300 a 5800 14C A.P y entre 300 a 100 años 14C A.P. Durante las fases regresivas los niveles de las aguas descendieron y los cuerpos de agua se desecaron. Las lagunas se trasformaron en salares o fueron cubiertas por arenas eólicas y aluviales. En los cursos fluviales los turbales retrocedieron hacia la cuenca alta (>4000 m), mientras que en la cuenca inferior se secaron y se erosionaron por flujos efímeros o fueron cubiertos por la remoción en masa o por dunas.

Las cuencas no tienen el mismo grado de expansión-retroceso de los humedales ni el grado de desarrollo pedogenético (espesor, tipo y contenido de restos vegetales en la paleoturba). Se plantea la pregunta ¿Cuáles son los controles por los que una misma fase paleoambiental registra tal variabilidad en los proxydatos?. Al estudiar las 8 cuencas fluviales por medio de un análisis de regresión bivariado (longitud de paleohumedal vs. área de cuenca >4500 m.s.n.m) se verifica que aquellas con cuencas de mayor extensión a cotas superiores a 4500 m son las que presentaron los humedales que tuvieron mayor extensión de avance y desarrollo de suelos. Esto permite suponer que las cuencas más extensas y elevadas tuvieron paleohumedales más largos y extensos que las cuencas más pequeñas y/o menos elevadas como los ríos Ilanco, Curuto y Aguada Cortaderas.

Esto supone que las características geomorfológicas, hidrogeológicas y topográficas de las cuencas de drenaje se relacionan con el grado de expansión-retroceso que tuvieron los humedales en las fases paleoambientales del Holoceno.

Las distintas fases de expansión-retroceso que fueron reconocidas a partir de este estudio son correlacionables con las condiciones paleoambientales reconocidas en la zona de Atacama y en la Puna Septentrional Argentina (Fernández et al. 1991, Baied y Wheller 1993, Geyh et al. 1996, Kulemeyer et al. 1999, Sayago 1999, Betancourt et al. 2000, Thompson et al. 2000, Baker et al. 2001, Schäbitz et al. 2001, Grosjean et al. 2003, La Torre et al. 2003, Servant y Servant Vildary 2003, Maldonado et al. 2005, Liu y Thompson 2005, Yaccobaccio y Morales 2005) y con el piedemonte oriental andino comprendido entre 34-37ºS (Gil et al. 2005).

Desde el punto de vista arqueológico los resultados indican que la ocupación cultural presentó diferencias acorde con las condiciones variables de humedad y extensión de los paleohumedales. Esto plantea una relación entre el paleoambiente y las variables arqueológicas (Olivera et al. 2006). Desde el punto de vista del manejo actual del recurso es importante tener en cuenta que los humedales de altura son vulnerables ante cambios en las condiciones del balance hídrico a cotas superiores a 4500 m de altura. Eventuales impactos en la cuenca inferior o media de los humedales ya sea por aumento del regadío, construcción de embalses, sobreexplotación ganadera y creciente uso del agua por parte de las localidades pueden afectar significativamente el balance hídrico, originando las desecaciones junto con la erosión irreversible de los mismos.

REFERENCIAS

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Paleolagos Pleistocenos en Puna

Figura 1. Paleocostas en laguna Diamante a 4500 m de altura.


PALEOLAGOS PLEISTOCENOS EN LA PUNA AUSTRAL, PORVINCIA DE CATAMARCA, ARGENTINA.

Dr. Pablo Tchilinguirian

UBA-CONICET

Publicado en: Congreso Geológico Argentino 2008

Las investigaciones referentes a la dinámica paleoclimática durante el Cuaternario en la cordillera de los Andes (18ºS-24ºS) se han centrado tanto en el reconocimiento de las expansiones-retrocesos glaciarios como en las trasgresiones-regresiones lacustres. Numerosos y extensos paleolagos fueron reconocidos en el Altiplano que se extiende al sur de Perú, en Bolivia y en el norte de Chile. Los mismos registraron varios ciclos de expansión-retracción durante el Pleistoceno tardío dando como resultado varios niveles de terrazas lacustres (Igarzabal 1984, Clapperton 1993, 1997, Grosejan 1994, Abril y Amengual 1999, Servant et al. 2003, Barker et al. 2001, Bobst et al. 2001, Godfrey et al. 2003 y Plazeck et al. 2006 ).

El presente trabajo brinda nueva información acerca de la presencia de paleoformas lacustres en el extremo sur del Altiplano (Fig. 1), es decir en la zona de la Puna Austral Argentina (26ºS-27ºS). El trabajo se realizó mediante la interpretación de fotos áreas (1:50.000), imágenes satelitales (1:5000) y relevamientos de campo que consintieron en el mapeo geomorfológico y la ejecución de perfiles sedimentarios por medio de sondeos efectuados en los salares-lagunas salinas.

Playas de cordones litorales, niveles de terrazas lacustres, paleospigas, antiguos deltas y escarpas de erosión litoral escalonadas fueron reconocidas en 19 salares, playas efímeras o lagunas hipersalinas ubicadas en un ambiente árido de altura (3800-4500 m.s.n.m) donde las precipitaciones anuales son inferiores a los 120 mm y el balance hídrico es marcadamente negativo durante todo el año. Ello sugiere que las geoformas lacustres son relícticas, es decir que se formaron bajo condiciones ambientales diferentes a las actuales. Entre los sitios estudiados se destacan las siguientes cuencas lacustres o salinas: Diamante (26.01ºS, 67.04ºW), Caro (25.55ºS, 67.04ºS), Carachipampa, Alto de las Lagunas (26.13ºS, 66.71ºW), Pasto Ventura (26.76ºS, 67.13ºW), Blanca (26.62ºS, 66.92ºW), Colorada de Culampaja (26.87ºS, 67.13ºW), Cavi (26.29ºS, 67.08ºW), Incahuasi (26.34ºS, 67.66ºW), Grande o Las Parinas (26.24ºS, 67.05ºW) y Salitre (26.24ºS, 67.05ºW).

Las playas de cordones se ubican en toda la periferia de los salares o lagunas mencionados, sin embargo adquieren mayor extensión y desarrollo morfológico en el margen SE (47%) o E (31,6%) lo que permite suponer que los vientos más intensos o frecuentes provenían del cuadrante opuesto durante el desarrollo de los cuerpos lacustres.

Las terrazas litorales tienen un desnivel que varía entre 1 a 25 m y están formadas por playas de cordones y sedimentos lacustres. Cada cordón litoral tienen entre 1 a 2 m de altura y entre 2 a 30 m de ancho según el sitio analizado y se componen de gravas de texturas gruesas y formas redondeadas-subesféricas. Los sedimentos lacustres son arcillas laminadas tipo varves que culminan en bancos calcáreos o travertinos. Los depósitos lacustres y litorales se apoyan en discontinuidad y engranan lateralmente con sedimentos pertenecientes a extensos abanicos aluviales relícticos o inactivos. Estos últimos generalmente vinculados, con paleogeoformas glaciares como ser morenas frontales.

Las paleoformas lacustres se presentan con y sin paleoformas glaciares en la cuencas de aporte. Ello implica que el régimen hídrico de los paleolagos fue de dos tipos: los alimentados por la ablación glaciaria (laguna Blanca, Laguna Caró, Laguna Cavi) tal como lo demuestra la presencia de varves en los depósitos lacustres. Las lagunas Colorada de Culampaja, Alto de las Lagunas, Salitre, Grande no registran paleogeoformas glaciarias en sus respectivas cuencas de aporte, sin embargo registran flujos criogénicos e importantes carpetas de detritos relícticas. Ello sugiere que la alimentación de estas últimas paleolagunas habría sido a partir de las precipitaciones, de los deshielos nivales estacionales o de la ablación estacional del permafrost.

Las paleocostas se desarrollan en todos los cuerpos salinos o lacustres. Preferentemente se ubican en aquellos cuyas cuencas de drenaje abarcan superficies extensas por encima de los 5000 m de altura y relaciones profundidad/superficie altas. Por el contrario, cuerpos salinos, como ser el salar de Incahuasi, con cuencas de aporte de baja altitud y donde la relación profundidad/superficie del cuerpo lacustre es relativamente de bajo valor no desarrollan playas de cordones. Ello sugiere que paleolagunas con cuencas de drenaje más extensas y elevadas y al mismo tiempo con cuerpos lacustres con una relación profundidad/superficie menor fueron más estables y pudieron desarrollar mayor cantidad de fases de estabilización lacustre y desarrollo de cordones.

Se infiere que los altos niveles lacustres se desarrollaron bajo condiciones donde la relación Precipitación (P)/Evaporación (Ev) era mayor que la actual, ya sea por aumentos de la precipitación y/o por disminución de la evaporación por mayor nubosidad o menor temperatura. Se plantea la hipótesis que el mayor peso de la relación P/Ev fue determinada por el valor de la precipitación, debido a que un descenso de la temperatura no permite la alimentación y el balance hídrico positivo en esta región, actualmente árida.

La presencia de paleoformas lacustres el extremo sur de la Altiplanicie permite plantear que las condiciones húmedas en el Cuaternario tardío identificadas en la Altiplanicie Bolivina y Chilena (18º-24ºS) se extendieron hasta el sur de la misma (26-27ºS). En este contexto se infiere que la edad de los paleolagos sería correlacionable con el desarrollo de las fases húmedas del Cuaternario definidas por los mencionados trabajos. En este sentido se sugiere que las fases de estabilización lacustre (desarrollo de playas de cordones continuos con un desnivel mayor a 4 m) podrían estar asociados a las fases húmedas (glaciares o interglaciares) definidas por Placzeck et al. (2006) en el salar de Uyuni. Según el autor los diferentes niveles de paleocostas son asignadas a 6 fases húmedas desarrolladas en forma posterior a los 120000 años y especialmente a las fases Tauca y Copiassa entre 17520 -14120 cal años A.P y 13000-12000 cal años A.P respectivamente.


REFERENCIAS

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